

martes, 30 de octubre de 2007
¿Casualismo o esnobismo?
Ciertamente, leyendo algunos comentarios que se han dejado en nuestro foro (o en otros foros) o dialogando con alguna gente que se considera casual, muchas veces me asalta la duda de que se entiende realmente por casualismo: ¿Culto a la estética? ¿Culto a la marca? ¿O simple culto a la “etiqueta”?Veamos a donde quiero llegar. Es evidente que una de las características del casualismo es el culto a la estética y la imagen personal. Eso está claro, o al menos debería estar claro y así evitaríamos según que atentado estético en nombre del casualismo.Dentro de este culto a la estética, el factor de las marcas juega un papel importante debido a que la estética casual gira en torno a artículos de catálogos de marcas de un coste medio-alto, e incluso alto.Este planteamiento nos lleva a que para cultivar una determinada estética hay que recurrir a artículos de determinadas marcas, marcas que por el paso del tiempo, nuevas influencias estéticas, coste y calidad de las productos de las mismas, gustos personales… se van renovando o desechando.Y dentro de todo esto existe una preferencia por dichas marcas por una cuestión de ego personal y como una afán de reafirmarse ante los demás y dotar de cierto “elitismo estético” a la cultura casual.Bien, pero esta es una cuestión muy distinta del llamado “culto a la etiqueta” que poco tiene que ver con el casualismo (al menos como yo lo concibo). Me explico: existen marcas de un reconocido prestigio e integradas perfectamente en la cultura casual como Hackett y Barbour. Pero se da la curiosa circunstancia que algunos artículos de dichas marcas (jerseys principalmente) carecen de distintivo visible alguno que indiquen que tal prenda es de Hackett o Barbour. Hablando claro: no llevan logo alguno de Hackett o Barbour y no se puede presumir de llevar una prenda de “marca”. Pues bien, he visto con mis propios ojos como se desechaba un jersey de Barbour por tal cuestión, “porque no se veía la marca”.Creo que este ejemplo es indicativo de la actitud de algunos (pocos o muchos) que, no sólo conciben el casualismo como una mera corriente estética, sino que lo están convirtiendo en poco menos que un culto, no ya a la marca, sino a una puta etiqueta. Tristísimo.Este culto a la etiqueta es lo que empuja al personal a adquirir prendas falsas, de escasa calidad, simplemente por el mero hecho de las apariencias, de hacer ver a la gente que llevas un artículo de tal o cual marca, no una prenda de calidad. Y es lo que ha motivado, en parte, la bajada de calidad de artículos de marcas como Stone Island, quizás el paradigma de este “culto a la etiqueta”.También puede ser una de las razones por la que, dentro de la fijación reciente que existe en algunos en las marcas de ropa españolas, firmas como Antonio Miró no goza de muchas simpatías, ya que el simple hecho de que no existe un distintivo de la marca visible en la mayoría de sus prendas no muestra a la masa que se “viste con calidad”.Realmente es muy triste que en una escena tan pequeña y en la que por lo tanto debería primar un mayor sentido de “autenticidad” u originalidad, esté copada por el esnobismo, la apariencia y la pose.
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